viernes, abril 14, 2006

Mi segunda noche en mi casa


Esa noche mis papás empezaban a entrenarse en la realidad de ser papás, aprendiendo a cambar pañales y a interpretar lo que pasa cada vez que lloro.

Esa noche ninguno durmió mucho, pues cada 2 horas yo hacía el respectivo llamado a "restaurante" (como dice mi abuela Ma. Victoria) y entre la posición de amamantada y la preparación de todo tipo de instrumentos para el cambio de pañales durabamos poco más de 1 hora, así cuando volvíamos a la cama ya casi era hora de volver a levantarse.



Lo más difícil fué hacerles entender que estaba llorando porque tenía gases, pues a pesar de que me cambiaban de una a otra posición los gases no salían, así no la pasamos cambiando de posición, revisando pañales y tratando de comer.... Mi papá mientras tanto leia un libro ("El primer año del bebé" sobre lactancia a ver si logabamos saber que hacer y poder descansar un poco.

Bueno al final de una agotadora noche empezamos a entendernos y creo que gracias a eso las cosas han venido mejorando.

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